18 de septiembre de 2011

Y yo con estos pelos

"[...]será porque soy rico, guapo y buen jugador." Con estas palabras Cristiano Ronaldo ejemplificaba su estupefacción ante los silbidos que recibe en cada campo, más allá del Bernabeú y aquellos en los que defiende los colores de su país, en todos y cada uno de los partidos que disputa. No solo pitos, algo normal dentro de lo que cabe en el mundo del deporte, sino también, y en mayor cantidad insultos personales como pocas veces se han visto en un terreno de juego, sea cual sea la modalidad deportiva en la que se piense.

El hecho de que estos insultos se lleven produciendo desde el segundo 1 del primer partido que jugó en España hacen dudar de su raíz. La explicación que te dan los que profieren estos ataques es que la prepotencia y chulería de CR7 les obliga a ello. O los más radicales aluden al "asco" que les da el portugués. Pero detrás de todo esto hay una verdad evidente que todos los madridistas conocen, pero que ningún antimadridista acepta como argumento, tildándolo de fanatismo: España entera está, como nunca antes, muy muy enferma de madriditis.

Si amigos, madriditis, aquella legendaria enfermedad que comenzó a surgir en tiempos de Don Santiago Bernabeú y que tuvo sus picos más altos en dos personajes a tener en cuenta por la culerada: Gaspart y Laporta. No obstante, hace unos años, la madriditis solo afectaba a (en palabras de Guardiola) "ese pequeño país del norte", pese a que siempre tuvo sus reductos a orillas del Manzanares y otras pocas plazas fuertes. No obstante, la llegada de Florentino Pérez y sus "galácticos" marca un antes y un después en la extensión de la epidemia por la "piel de toro". Y en ese momento se produce un enorme paralelismo con la actual situación del Real Madrid actual, odiado en la mayor parte del país. Incluso tenemos un CR7, el primero en sufrir insultos y vejaciones por parte de la afición rival, encarnado por David Beckham, cuyo único pecado fue fichar por el conjunto merengue.

Y ahí tenemos la explicación. Ni guapos, ni ricos, ni porque sean buenos. El "error" (para los demás, no para mí) que han cometido todos estos jugadores es ser madridistas. Ni por ricos, ni famosos, ni buenos, ni prepotentes, ni violentos... Porque jugadores así ha habido en todas las épocas y no se les ha odiado. En mi opinión, un jugador con gran clase más chulo y agresivo que Eric Cantona no ha existido, ni probablemente existirá, y, si bien ha tenido sus encontronazos con la afición, se le ha respetado siempre. Y así con todos los jugadores del mundo, madridistas incluidos, excepto ahora.

Lo curioso del tema es que el conjunto blanco siempre había tenido sus "campos difíciles" en España (sin llegar a odios y demás, pero campos como El Sadar o el Calderón están ahí hace mucho) y en Europa despertaba cierta reticencia entre los grandes, por sus victorias sobre todo. Sin embargo, el gran momento culé ha provocado que en Europa se siga la tendencia natural de ir contra el que gana (equipos como el Inter, ManU o Chelsea lo ejemplifican). En España sin embargo, la presencia de la madriditis ha provocado que se ensalze todo lo culé y se permita cualquier tropelía que hagan contra cada uno de los 19 equipos restantes de la Liga BBVA simplemente por el hecho de que así el Madrid no gana. Mención aparte en este apartado el hecho de que el FC Barcelona, en el mejor momento de su historia, sigue sin poder olvidarse de el conjunto de Chamartín, ni en las ruedas de prensa ni en sus periódicos (con míticas viñetas en el SPORT plasman su "humor" gráfico).

Por fortuna el Real Madrid no ha caído en errores pasados y, gracias a Jose Mourinho sobre todo, ha conseguido una fortísima e inquebrantable unión de todas las parcelas de la institución, afición inclusive. El equipo blanco ha dejado de ser la víctima, el que pone la otra mejilla, para ser un equipo duro en el campo con su juego y fuera de él con sus declaraciones (impagable la rueda de prensa de ayer de Mou denunciando la falsa modestia de Pep y sus chicos).

A Cristiano y cía solo les queda seguir aguantando como buenamente puedan las agresiones físicas y verbales de los rivales y la afición (si, luego son Pepe y demás los "asesinos") y darse cuenta de que solo van a encontrar apoyo en ellos mismos y en la afición y que la única solución para la madriditis que se conoce es ganar títulos para callar bocas.

Rubén Betta


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