7 de marzo de 2015

The Crow

Autor: James O'Barr

Hace ya dos décadas, a mediados de los 90, se estrenaba una película con una estética gótica muy oscura, una historia desgarradora de venganza y una terrible leyenda urbana sobre la verdad de la fatídica muerte de su actor protagonista: "El Cuervo", de Alex Proyas, protagonizada por el malogrado Brandon Lee. En esa época yo era bastante pequeño, pero eso no impidió que creciese con un visión idealizada del filme, con ese aire de película prohibida que me cautivaba. Años más tarde conseguí ver la película, ya en mi adolescencia, y, pese a que la "magia" que la envolvía se perdió en gran medida, la figura de Eric ("El Cuervo"), su desoldora historia y su música me cautivaron para siempre. Recientemente he podido leer la edición definitiva de "The Crow" (El Cuervo), la obra original de James O'Barr en la que se basó la peli, publicada hace unos años por Glénat, esperando reencontrarme con lo que generó en mí el filme de Proyas. El resultado ha sido muchísimo mejor de lo que esperaba. "El Cuervo" es sencillamente el mejor cómic independiente que he podido leer en toda mi vida, con un nivel de carga emocional, gráfica, argumental y lírica que asusta y a la vez atrapa. Una obra no para todos los públicos, una carta de amor terrible, dolorosa y de venganza ciega, pero hermosa en cada detalle.

Comencemos, evidentemente, por una introducción a la trama. "El Cuervo" es una obra de James O'Barr que constaba, en su edición original, de 4 números, agrupados por Glénat en una edición de lujo en cartoné con añadidos como escenas eliminadas o comentarios del creador. El argumento nos cuenta la historia de Eric Draven y Shelly Webster, dos jóvenes enamorados y recientemente prometidos con muchos sueños y esperanzas por delante. La tragedia se cruza en su camino cuando se quedan incomunicados por una avería en su coche en una carretera desierta. Una avería sin mucha importancia que se convierte en su peor pesadilla cuando una pandilla de delincuentes y drogadictos pasa por la zona, asesinando al joven y violando y matando a su prometida cuando aun está consciente pero sin poder moverse por el disparo que le ha alcanzado. Un año más tarde, Eric Draven vuelve convertido en el vengador llamado "El Cuervo", con el objetivo de castigar y ajusticiar a los que destrozaron su vida.

Como vemos, a nivel emocional es una obra muy dura y no apta para aquellos que no esten acostumbrados a lecturas tortuosas y dramáticas. Hay que destacar que la obra está basada parcialmente en hechos reales, es una válvula de escape para su autor, O'Barr, que escribió "El Cuervo" para asumir su sentimiento de culpa tras la muerte de su prometida en su juventud, atropellada por un conductor borracho. Ese matiz subjetivo es lo que hace que esté tan bien tratado el tema del amor perdido y el sentimiento de pérdida y de autoflagelación ante la impotencia de ver como muere un ser querido sin poder hacer nada por evitarlo. En el plano narrativo, la trama se divide en varios libros o capítulos que suelen ser introducidos con extractos de poemas de autores como Arthur Rimbaud o letras de canciones de Joy Division y grupos similares, aumentando la carga depresiva. La historia se narra en presente, con Eric persiguiendo y vengándose de la banda que le arrebató a su prometida, aderezados con la introducción de flashbacks cortos que nos van narrando la historia de Eric y Shelly. En este sentido el autor logra un enorme nivel de empatía con el lector cuando nos intercala una historia de Eric y Shelly prometiéndose y acto seguido vuelve a la cruda realidad del momento en el que ella fue violada y asesinada. En muchas ocasiones la lectura se hace muy dura en este aspecto, incluso cuando estas leyendo una de las partes románticas el nudo en la garganta hace difícil avanzar.


"The Crow" es también una obra que recurre muchísimo al simbolismo y a lo icónico. La presencia del cuervo como conciencia de Eric está muy bien representada, recurriendo además al mito del cuervo como un dios de la muerte y de la redención. En todo momento el animal representa los diferentes estadios de Eric, con el caballo blanco representando su amor puro y el cuervo como la parte de él que ha quedado manchada pero que quiere seguir volando. Hay reminiscencias al cuervo de Poe también en este sentido, ya que guarda cierta relación con el sentimiento de culpa y el hecho de que Eric "nunca más" tendrá la vida que tuvo. En este sentido cobran mucha fuerza los pasajes en los que el autor deja que sea el dibujo el que nos cuente la historia. Por ejemplo, la primera toma de contacto que tenemos con la tragedia de los dos prometidos (que nunca se nos cuenta abiertamente hasta el final) es un sueño de Eric en el que va en un tren admirando como un caballo blanco trota a su lado hasta que se queda atrapado en un alambre de espino y el no puede hacer nada por ayudarle. Como vemos O'Barr es capaz de contar en 5/6 viñetas toda la historia de amor y su trágico final sin perder un ápice de sentimiento ni tiempo en las palabras. También encontramos muchas referencias al paralelismo entre Eric y Jesucristo como redentor del mundo, con escenas con enorme fuerza tanto visual como icónica del joven en posición de crucifixión dejándose tirotear por los pandilleros, con el fin doble de, por un lado asumir el castigo por su culpa de no haber protegido a Shelly; y por el otro, de llevarse consigo todos los pecados de la ciudad y llevarla a la salvación.

Como vemos es una obra que puede tener muchas lecturas y referencias, pero en la que lo mejor es lo bien retratados que están los sentimientos humanos respecto al amor, el odio y la culpa. Personalmente creo que es una novela que se ha de leer con un nivel de madurez algo desarrollado, es decir, un chico de 14 años se impresionará por las escenas de acción y el aura que rodea a "El Cuervo", pero jamás llegará a comprender a Eric, que es el verdadero protagonista. Es devastador leer pasajes en los que Eric jura a Shelly que siempre la protegerá y luego encontrarse con él mismo tirado en el suelo viendo como la asesinan y con la voz constante en la cabeza de un cuervo graznándole que no mire. También se plasma de manera genial el carácter autodestructivo del ser humano, con Eric intentando cobrarse la venganza cueste lo que cueste, soportando para ello balas, puñales y de todo, pero sin embargo ser incapaz de soportar recordar lo bonito de su relación sin destrozarse por dentro... y aun así seguir recordándolo a cada minuto.

Dejando a un lado la trama y hablando solo del dibujo, hay que destacar que O'Barr es un genio a la hora de representar la historia a nivel visual. Esto se refleja sobre todo en el hecho de que los pasajes en los que Eric y Shelly siguen vivos y juntos están dibujados de una manera hiperrealista y preciosista, con multitud de detalles y un uso del sombreado en claroscuro bonito y elegante, que te lleva a despertar el romanticismo y la belleza pura que O'Barr quiere destacar en la pareja. Dibujo que cambia radicalmente en el proceso de venganza de Eric, con un dibujo mucho más tosco, gótico, grotesco, que en ocasiones bordea la caricatura (la cara de Eric pintada casi como un payaso), con un exceso de entintado y un sombreado y entramado abusivo en ocasiones. O'Barr un gran trabajo también en la recreación de las expresiones, sobre todo la cara de Eric, que es una representación gráfica de la ironía, el dolor, el odio... sin mudar en ningún momento su enigmática sonrisa. Ya hemos hablado también del genial uso que hace del dibujo a la hora de narrar, algo que valoro muchísimo en una obra gráfica. El autor en este sentido es perfecto, tan solo tenéis que leer los párrafos anteriores u observar todo lo que transmite Eric mientras baila en las viñetas y, a la vez, nos cuenta como era Shelly a través de esa danza.


Por último, y antes de terminar, quiero hablar un poco de cómo se relacionan la novela gráfica y la película de 1994. Pese a que evidentemente se comparte trama y personaje principal, hay que decir que el cómic se aleja muchísimo de la película, excepto en la estética. Simplemente por el hecho de que el Eric de la película (Brandon Lee) en ningún momento ve con sus propios ojos lo que le ocurre a su amada ya podemos hablar de que su estado mental y emocional es completamente distinto, como lo es también la intervención del cuervo en su historia. Todo ello provoca que el filme sea mucho más digerible y abierto que la obra gráfica, dando más importancia a la acción y a la venganza que a lo sentimental. También cambia en este sentido que en el cine se deja bien claro que Eric ha vuelto de la muerte. Esto no es así en la novela, ya que aunque se tiende a sobreentender que Eric murió mi opinión es totalmente contraria a ello. En primer lugar, Eric no muere instantáneamente, de ahí que vea lo que le pasa a Shelly y le lleven más tarde al hospital. Además, el hecho de que se inyecté morfina en cantidades industriales justo antes de soportar los disparos o palizas habla de que es la droga lo que le hace aguantarlas y no un poder sobrenatural. Y en la obra el cuervo no es un mensajero del más allá: es el propio Eric intentando cerrar sus heridas y reunirse con su amada con todas sus promesas cumplidas. En la edición definitiva de Glénat, con el final Caballo en llamas se deja bastante en claro que es lo que ha pasado con Eric y como termina finalmente su historia.

"The Crow" es una novela gráfica sublime. Es la carta de amor más desgarradora y bonita que he leído en mi vida. Un clásico underground con un enorme poder emocional y subversivo que asola al lector desde las primeras viñetas, tanto por su estética, como por su lenguaje y por la fuerza de su dibujo. Tiene además una fuerza poderosísima a nivel visual, con la conversión de El Cuervo en todo un icono. No obstante es una obra no apta para todos los públicos, precisamente por todo lo bueno que tiene: es una historia difícil, madura en grado sumo y a la que no todo el público que se acerque puede extraer todos sus valores. Una obra hermética, con mucho simbolismo y alejada de su homónima cinematográfica, mucho más digerible y simplificada. Por ello, la única manera de acercarse a "The Crow"  es con la mente liberada de prejuicios y suficientemente madura y experimentada para conseguir recibir todo lo que este cómic puede decirnos de la vida, del ser humano y de nosotros mismos. Una obra única que ninguna persona debería dejar de leer.

Lo mejor: Todo. Dibujo, estética, trama, personajes, narrativa, lenguaje visual, referencias, simbolismo... Mantiene intacta su capacidad de convertirse en mito para el que lo lea.
Lo peor: No es una obra fácil de digerir y en muchos momentos te deja por los suelos a nivel emocional. Se necesita madurez y haber leído bastante para extraer todo lo que tiene dentro.

Puntuación:
Historia: 10
Personajes: 9
Estilo Narrativo: 9,5
Dibujo: 10
NOTA MEDIA:  9,6

R.Betta

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