3 de mayo de 2015

El Club del Suicidio

El ser humano es uno de los pocos animales que es capaz de cometer suicidio sin tener una causa biológica que apoye ese hecho. Bien es verdad que hay otros animales que se dejan morir, bien para evitar una superpoblación de su especie, por motivos sentimentales o desconocidos. Sin embargo, el hombre es el único capaz de quitarse la vida sin un motivo aparente, más que el de la pertenencia a un cierto grupo o incluso el "divertimento". Con el punto de partida de un suceso tan escabroso como el suicidio de un grupo de jóvenes colegialas arranca "El Club del Suicidio" (Jisatsu Circle) de Usamaru Furuya, un seinen con mucho gore, explícito y con un ambiente malsano que mezcla terror, suspense y leyendas urbanas para crear un buen ensayo de lo que supone para una persona con la autoestima por los suelos el poder pertenecer a un grupo de la noche a la mañana. Una obra dura y explícita que Milky Way nos ha traído este mes para ampliar su catálogo de obras maestras.

El Club del Suicidio es un seinen guionizado e ilustrado por Usamaru Furuya, y basado en la película de culto japonesa del mismo título, escrita y dirigida por Sion Sono en el año 2002. No obstante, y como indica bien Furuya en el propio manga, las historias de ambas obras solo coinciden en la premisa inicial y la temática, siendo dos tramas totalmente independientes entre sí. De hecho es muy posible que si leéis primero el manga luego os entren ganas de visionar la película para ver que enfoque se da en ella y viceversa, si bien el filme ahonda mucho más en la crítica social. Existe una secuela, también con Sion Sono en la silla de director, titulada "Noriko no Shokutaku", que posee un desarrollo y trama diametralmente distintos a su precuela, pero mantiene algunos de sus conceptos.

Antes de entrar a analizar el manga hay que mencionar la figura de Usamaru Furuya, artista natural de Tokyo (1968). Pese a que en su juventud participó en un curso de manga por correspondencia impartido por el mismísimo Osamu Tezuka, al llegar al instituo Furuya comenzó a desarrollar un estilo propio, mucho más oscuro e independiente, como lo serían sus historias. Graduado en la Tama Art University, Furuya pretendía dedicarse al mundo de la ilustración, pero finalmente fue cautivado por el manga después del éxito que tuvieron sus obras tras la publicación de "Palepoli", su debut en 1994. Desde entonces ha participado o llevado a cabo una enorme cantidad de proyectos marcados por su estilo de dibujo impactante y su habilidad para contar historias, tanto de terror como de suspense. Aparte de "El Club del Suicidio", Furuya tiene otra gran cantidad de éxitos, entre los que destacan "Short Cuts", "Litchi Hikari Club", "Kanojo wo Mamoru 51 no Hōhō" o "Genkaku Picasso". También ha participado en películas, tanto como actor como creador o productor, como en "Noriko no Shokutaku", la secuela de "El Club del Suicidio" de Sono.

En cuanto a la trama, "El Club del Suicidio" arranca con una escena dramática en una típica estación en Japón: 54 colegialas se suicidan conjuntamente lanzándose a las vías del tren tras un aparente pacto mortal. Tras sobrevivir milagrosamente al suicidio en grupo, Saya, que sigue hechizada por “Mitsuko”, reúne a varias estudiantes de bachillerato y funda su propio “club del suicidio”.A partir de ese momento, y al igual que ocurriese en el primer club, la cosa se desmadra: prostitución adolescente, torturas, cortes en las muñecas... Torturadas por la soledad y varios otros problemas, su número va aumentando paulatinamente junto a la figura de su redentora “Mitsuko”.

Como vemos, el relato de Furuya es crudo y bastante acertado, con sus exageraciones, del sórdido mundo en el que puede entrar una persona que carece de la autoestima suficiente como para sobreponerse a los problemas de la vida y que necesita de una figura de referencia para salir a flote, aunque esta sea en realidad la peor influencia que pueda tener. Como vemos, el autor usa bien esta ambientación para hacer una "crítica social", tanto al mundo de las sectas como al oscuro submundo que existe en Japón como resultado de la falta de valoración que tienen las personas de sí mismas, la excesiva exigencia a la que se enfrentan en su vida o el individualismo patente en su sociedad. En este sentido la obra es muy dura en cuanto a las situaciones que muestra, pero también realista en cuanto a dónde pueden llegar las personas con esa mentalidad con el fin de mantener la única esperanza de pertenencia a un grupo, lo que ellos creen que es felicidad.

En este sentido también podemos extraer algo en torno a lo delicado del tema del suicidio en la sociedad japonesa, algo que por desgracia es bastante común en algunas situaciones o extractos sociales. Tenemos que tener en cuenta que en la cultura japonesa siempre ha estado presente la figura del "harakiri", el suicidio por deshonor que practicaban los samurais que habían fallado a su señor feudal. Si bien es verdad que este concepto lleva años sin practicarse en Japón (los últimos practicantes de esto, los famosos kamikazes, fueron más una figura propagandística en la II Guerra Mundial que un suicidio real), no se puede negar que ese miedo a la deshonra es algo que ha quedado latente en el mundo nipón, y no es raro que una persona decida quitarse la vida con tal de ahorrarle a su familia la vergüenza de saber que ha perdido su trabajo, que no ha obtenido las notas que esperaba, etc... En el caso de este manga todo gira más en torno a la soledad que genera el individualismo japonés, y la facilidad para el lavado de cerebro que eso provoca, pero sigue teniendo el suicidio como elemento principal para recuperar el honor, redimirse de la vida desgraciada y ser feliz con la muerte.

Pero no esperéis que este manga sea un ensayo sobre el porqué la sociedad japonesa es una de las que
más presión social ejerce sobre el individuo, ya que Furuya enmascara toda esta seriedad en un genial relato de terror psicológico con una estructura de leyenda urbana en el que Kyoko, la mejor amiga de Saya, intentará descubrir de donde ha salido la figura de "Mitsuko" y el porqué de esa veneración en torno a ella. El autor hace un gran trabajo de guión a la hora de generar el misterio, dando un toque sobrenatural a una historia que es bien real, utilizando pocos personajes y una longitud de relato corta y justa para poder atrapar al lector. La manera de usar el gore y las situaciones tan escabrosas que se narran provocan miedo, asco, tristeza y perplejidad a partes iguales, sobre todo aquellas referidas a las autolesiones que se inflinge la protagonista y su carrera en el mundo de la prostitución con tan corta edad. La estructura narrativa es uno de los puntos fuertes del relato, así como los personajes y el genial y perfecto final que tiene la obra, con una escena de cierre que, tanto por guión como por dibujo, a mi me dejó boquiabierto. En cierto sentido es una obra que recuerda a ciertos relatos del genial Junji Ito, aunque con un dibujo más cuidado en lo preciosista, y que transmite también sensaciones al lector, aunque menos poderosas. Obras como "King's Game" o "Another", por mencionar algunas recientes, son ejemplos del tipo de terror que nos podemos encontrar en "El Club del Suicidio".

Si hablamos del dibujo, tenemos que mencionar que encaja perfectamente con el ambiente que quiere dar Furuya a la obra, un estilo malsano, escabroso, oscuro e imperfecto. El diseño de los personajes es perfecto, con mucho realismo y un trazo delicado en unos e irregular en otros, no por descuido del autor sino con un objetivo perfectamente buscado para generar en lector un juego de apariencias. El dibujo en general es bastante realista, abundando el entintado en negro para dar el toque sombrío, pero con gran detalle tanto en primeros planos como en fondos. Las expresiones están perfectamente recreadas y tiene grandes momentos en ese sentido (vuelvo a la escena del final, que en solo dos viñetas y dos expresiones generan mucho más que otros mangas en un capítulo entero). Furuya sabe durante todo el relato como narrar y provocar al lector con el solo uso del dibujo, y lo utiliza perfectamente a la hora de ahorrar diálogos frívolos o excesivamente obscenos que se darían en algunos temas de los que trata. Mencionar los espectaculares cambios de capítulo que tiene este manga, con páginas totalmente negras con el título del capítulo en blanco escrito a modo de cicatriz o salpicaduras de sangre, algo que te mete de lleno en el sórdido mundo de "El Club del Suicidio".

Para finalizar, hablar como siempre de la edición de Milky Way, que vuelve a ser muy cuidada tanto en presentación como en maquetación. Como siempre el formato es rústica con sobrecubierta, con la vuelta del tamaño grande (13x18) que se había perdido en los últimos tomos.  Las 172 páginas son en su totalidad en blanco y negro, pero destaco la genial sobrecubierta a color con el detalle de las manchas de sangre por toda la portada. En el interior, lo de siempre: buen encaje de viñetas, perfecta traducción, sin errores... 8€ por un trabajo muy bien realizado y con marcapáginas de regalo si lo pides por web.


"El Club del Suicidio" es un gran manga, una perfecta historia con conceptos arriesgados y delicados perfectamente enmascarada en el envoltorio de una leyenda urbana. La ambientación, el dibujo, la trama, el misterio, la dureza y la explicitud... todo se junta para formar una obra de gran calidad, con una duración muy acertada para el estilo narrativo utilizado y un final que deja muy buen sabor de boca. En definitiva, un manga que debes tener si te gustan las historias con misterio, terror psicológico y sin miedo a la hora de tratar y mostrar temas espinosos.

Lo mejor: La historia y la manera de enfocar los temas que toca. El dibujo y la ambientación. Lo explícito y malsano que resulta. Como tomo único funciona muy bien por su estructura narrativa. El final, tanto a nivel de trama como el dibujo.
Lo peor: Que seas una persona sensible a ciertos temas o maneras de dibujarlos.

Puntuación:
Historia: 9
Personajes: 9
Estilo Narrativo: 9
Dibujo: 9
NOTA MEDIA: 9

R.Betta

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