Mad Max: Fury Road

Han pasado 36 años desde que un debutante y casi imberbe australiano llamado Mel Gibson se subiera en un Ford Falcon V8 negro para interpretar a Max Rockatansky, un patrullero solitario que se enfrentaba a mil y un problemas en una distopía postapocalíptica en uno de las grandes sagas de acción clásica del cine mundial. A día de hoy, con la escasez de ideas originales que asola Hollywood, parecía lógico que un icono de tal dimensión tuviese una revisión más pronto que tarde. Lo que nadie se esperaba es que esta nueva versión de Mad Max, el icono de la acción y los coches de los 80, fuera una película que derrocha personalidad, adrenalina, exceso y diversión, para dar al espectador los mejores 120 minutos de acción y persecuciones de, sin exagerar, la última década (de hecho podríamos remontarnos aun más para encontrar un fenómeno como este). Con el director original, George Miller a la cabeza, Mad Max: Fury Road (Furia en la carretera en España) ha dado todo un golpe en la mesa para demostrar que muchas veces las fórmulas clásicas son infinitamente mejores que todo lo nuevo por conocer.

Mad Max: Fury Road se sitúa como la cuarta película de la franquicia, pero no supone ni una secuela, ni una precuela, ni siquiera un reinicio al uso. Pese a lo que podáis leer sobre la película antes de verla, una vez que se ha disfrutado del filme se puede asegurar que "toma prestado" muchos de los elementos originales de la saga, mejorandolos y puliendo sus defectos (aunque sin eliminarlos del todo) y, además, introduce nuevos esquemas y enfoques que ayudan a dar empaque tanto a la historia como, sobre todo, al mundo que rodea y da sentido a "Mad Max", un mundo que es más protagonista que nunca. Como ya he dicho, el propio Miller es el encargado de dirigir esta primera parte de la que se espera que sea el renacimiento de una nueva saga de 4 películas (en principio) que narran las aventuras de un Max Rockatansky que pierde protagonismo y estatus de icono para actuar como hilo conductor de varios personajes que quedaran para el recuerdo en el Olimpo de la acción cinematográfica.

La historia se sitúa en un mundo distópico en el que la guerra nuclear ha asolado la Tierra, convirtiéndola en un páramo desértico en el que el agua, la gasolina y la leche materna son los tres pilares más codiciados entre la escasa población que se mantiene en pie. Max Rockatansky (Tom Hardy) es en esta ocasión un superviviente que vaga por el desierto atormentado por las visiones de la gente que ha perdido en el camino. Acompañado de su mítico Ford Falcon V8, la única reliquia que queda de su pasado, Max se verá asaltado por una tropa de soldados de Immortan Joe (Hugh Keays-Byrne), uno de los caciques de la zona a cargo de los suministros de agua y mujeres fértiles de la zona. A partir de ese momento, con Max esclavizado por su condición de donante de sangre universal, se empezará a desencadenar un efecto dominó de acontecimientos que propiciará la enorme, extrema e imparable persecución que es la esencia de la película.

Y es que la película es eso, una continua persecución entre los bandidos de Immortan Joe y sus aliados contra Imperator Furiosa (Charlize Theron), uno de los miembros de confianza de la banda que ha cambiado su parecer y les ha robado uno de sus bienes más preciados. Dentro de ese embrollo tanto Max, como Nux (Nicholas Hoult), uno de los soldados de Joe que ha recibido a Max como su "bolsa de sangre", se verán circustancialmente envueltos en ese juego del gato y el ratón que supone uno de los más grandes y épicos espectáculos que se han visto en la gran pantalla, en lo que nos parecerá una única y enorme escena de dos horas de duración en la que tiene cabida tanto la acción y la excentricidad, como los momentos de trama y desarrollo. Todo ello sin dar un solo respiro al espectador, no hay descanso en una película que siempre va con el pedal del acelerador a fondo y el óxido nitroso abierto al máximo.

Ese "máximo" es el adjetivo que mejor encaja con este Mad Max, que potencia totalmente las dos palabras que dan título al filme. Y no solo en el argumento o en el desarrollo de este. Ya desde el brutal apartado gráfico podemos ver el derroche absoluto que hace la película en todas y cada una de sus facetas. Un diseño visual apabullante, que entra por los ojos del espectador desde el segundo 1 del metraje y que deja escenas para el recuerdo. El diseño es genial, con una sucesión de tonos cálidos y saturados que contrastan con la iluminación, y que además establece unos patrones de colores que aporta cierto método en la locura que suponen las escenas de acción, consiguiendo a la vez deslumbrar al espectador y ubicarle en lo qué está ocurriendo en pantalla. En este sentido Mad Max deja escenas para el recuerdo en cuanto a fotografía o uso de los tonos, siendo la mejor la ya memorable escena de la tormenta de arena, que juega constantemente con el contraste de los azules saturados y fríos de la noche en que se desarrolla, con los rojos y anaranjados cálidos que se refuerzan para destacar los detalles (el fuego, la arena salpicando, el guitarrista...).

Todo esto si hablamos del apartado meramente visual de la ambientación. Porque si nos vamos al diseño puro y duro, de personajes, vehículos, vestuario... la nota aumenta todavía más. Nos encontramos ante la fiel representación de la locura y el desenfreno, con chatarra, óxido, salpicaduras de gasolina y quemaduras por doquier, pinchos... Una estética rockera, metalera, casi punk en ocasiones que le traduce al ojo lo que la película nos quiere decir con su estilo y su ritmo. Lo que más me gusta en este sentido es lo bien que se compenetran los escenarios elegidos, yermos y desamparados, con la brutalidad, estridencia y fanatismo de los personajes y sus transportes. Todo en la película es exceso, y el diseño es lo que lo certifica, con personajes sobrados de carisma visual que se han ganado un hueco ya en la iconografía del cine de acción (mención especial a Doof Warrior (Iota), con su guitarra lanzallamas hecha con un motor de coche... apabullante). A ello se le unen los nombres utilizados: El Criadero de Balas, la Ciudad de la Gasolina... Todo suena a brutalidad y ayuda a que mentalmente todo sea uno para el espectador, que pese a verse sobrepasado en muchas ocasiones por el altísimo ritmo, consigue disfrutar al 100% de cada detalle.

A ello ayuda también dos elementos cinematográficos fundamentales: la planificación del rodaje y la banda sonora. En cuando al rodaje, refiriéndome a como se plasma el esquema narrativo en las escenas, Miller se lleva un 10 muy merecido, porque de nuevo sabe imprimir el alma de la película en cada travelling por el paisaje, en cada zoom vertiginoso y primer plano a la locura de un personaje, a cada explosión, a cada cambio de plano que mantiene el frenetismo... Hay que hacer una mención especial a lo bien que le sienta a la película tener un 80% de efectos artesanales, no CGI's, que ayuda a dar naturalidad y credibilidad a cada escena (solo hay una excepción casi al final de la película, en una suerte de 3D que ha quedado muy cutre, pero perdonable). Y luego la banda sonora, que quizá no sea reconocible individualmente, pero que en conjunto es la perfección en estado puro. La mezcla de rock clásico, metal, electrónica, clásica, distorsiones, percusión... "es" Mad Max. Es decir, tu oyes Mad Max e inmediatamente esas melodías malsanas, duras y brutales empiezan a perforar tus oídos, y Miller, con la BSO de Tom Holkenborg, lo consigue de todas todas. Recomiendo no ir a la sala a ver esta película con dolor de cabeza, porque el sonido es impactante y continuo, sin momentos de calma ni tampoco golpes de música. Es un ritmo constante, como la persecución, que te acompaña a lo largo del metraje y te hace sumergirte por completo en la locura.

Y por último pasamos al argumento y las interpretaciones, lo que en principio es lo más importante de la película, pero que aquí queda totalmente supeditado al torrente de acción. La película es minimalista en cuanto a trama, en el sentido de que suelta al espectador en ese mundo terrible, con unos muy breves indicios de qué ha ocurrido y qué puede ocurrir, generando una sensación de pérdida e inquietud que encaja con lo que sentiría una persona cuerda en medio de esa locura. No obstante, pese a que se pueda echar de menos cierta explicación o algo que dirija al espectador, en la práctica la película cuenta con todos los elementos necesarios para contarnos la historia. Tanto el mundo como los personajes están magistralmente definidos por sus acciones, restando peso a los diálogos, añadiendo todavía más importancia a los elementos visuales de los que hablé antes. Cada uno de estos "locos" tiene una misión bien clara y definida, sin ambivalencias ni moralejas: todos buscan la supervivencia de lo que creen que es justo, de lo que creen que les pertenece. No entiendo muy bien la acusación de "feminismo" que se le ha hecho al mensaje que se extrae de la película. Bien es cierto que, como veremos en el siguiente párrafo, el género femenino tiene un peso fundamental y es el verdadero protagonista de todo, pero creo que el guión sabe tratar bien este tema, mostrando lo que realmente creo que ocurriría en el caso de que la ley del más fuerte volviese a ser lo principal. Repito, no entiendo las quejas ante un guión que creo que equilibra perfectamente el papel protagónico entre los géneros.

Volviendo a la película, dentro de esa trama, encontramos a dos personajes que destacan por encima del resto, aunque por motivos diferentes. Pese a que la película se llama "Mad Max", el protagonismo total y absoluto es de Imperator Furiosa, el personaje que Charlize Theron interpreta de manera magistral, poniendo el carisma, la cordura, la sangre fría y la perseverancia en la cinta. Junto a ella Max queda como un nexo de unión entre el equilibrio de Furiosa y el desequilibrio del resto del plantel. Creo que Tom Hardy cumple en su papel, pese a las pocas líneas de diálogo logra actuar como chispa en muchas de sus situaciones, pero creo que queda bastante lejos del estatus de leyenda que tiene su personaje. Incluso la caracterización me resulto escasa para lo icónica que esperaba que fuese. Todo eso que le falta a Max recae en Furiosa, que se adueña de cada minuto del metraje y se convierte en la heroína total. No obstante esto hace que se genere una relación de "dependencia" entre ambos realmente creíble, que funciona en pantalla y es vital para hacer avanzar los acontecimientos.

El resto de personajes, pese a quedar eclipsados por el duo, muestra un gran nivel, con mención especial a Nux, el único personaje que tiene una evolución algo desarrollada, aunque simple. Nicholas Hoult nos regala una clase magistral de locura y derroche que exige el máximo de su clase actoral, para presentarnos a un fanático creíble y entrañable, que tiene algunos de los momentos y frases más geniales del filme ("Sed testigos", "Qué gran día"...). No obstante, si hablamos del desarrollo de Nux llegamos al que considero único punto negro de la película, que es la simpleza y la escasa presencia de giros en la trama. No considero que sea algo malo, pues el filme no es ambicioso en este sentido, desde el primer segundo te promete ofrecer lo que finalmente te ofrece. Pero creo que por culpa de muchas críticas hay gente que va a ir a ver Mad Max con la idea de una pelicula sólida y perfecta en todos los aspectos, y no creo que esto sea así. Como representante del cine de acción sí que concuerdo en que no solo roza la perfección, sino que la revienta en mil pedazos y establece una nueva marca. Pero si analizamos la película sin atenernos al género, para que alguien no muy ducho en él pueda saber a qué atenerse, encontramos una trama simple, plana y con un protagonista algo desaprovechado. No es algo negativo, porque Mad Max es lo mejor del año en todo, pero es justo mencionar que alguna carencia sí que tiene.

En definitiva, Mad Max: Fury Road es acción, sin más. No pretende nada más que entretener, apabullar, destrozar la mente del espectador con su ritmo frenético y su puesta en escena rompedora. Y lo consigue, con creces, siendo uno de los mayores espectáculos de adrenalina y saber hacer que se ha visto en la gran pantalla. El diseño, el apartado visual, los planos, los personajes, el sonido, la ambientación... todo individualmente es casi perfecto, y en conjunto es más que perfecto. No esperaba tanto del reinicio de una saga mítica, pero Miller ha demostrado cómo se hace un reinicio y cómo se hace una película del género sin caer en absurdas y continuas escenas de efectos especiales por ordenador. Una película de 10, una obra maestra que será recordada y mitificada, y 120 minutos de desenfreno que nadie se debería perder. ¡Sed testigos!

Lo mejor: La acción, el diseño, el apartado visual, el ritmo, lo excesivo que es todo, Furiosa, The Doof Warrior... Todo es excelente en Mad Max.

Lo peor: Guión simple y plano, aunque no sea ambiciosa en este sentido. Esperaba algo más del personaje de Max.

Puntuación:

Guión: 9

Interpretaciones: 9

Banda Sonora: 10

Diseño y Apartado Visual: 10

NOTA MEDIA: 10 (En este caso no ha habido ni media real, es una película que, pese a sus fallitos, no merece menos de 10)

Ficha Técnica

Título original: Mad Max: Fury Road

Año: 2015

Duración: 120 min.

Director: George Miller

Guión: Nick Lathouris, Brendan McCarthy, George Miller

Reparto: Tom Hardy, Charlize Theron, Nicholas Hoult, Hugh Keays-Byrne, Angus Sampson, Zoë Kravitz, Rosie Huntington-Whiteley, Nathan Jones, Riley Keough, Abbey Lee, Courtney Eaton, Josh Helman, Megan Gale, Melissa Jaffer, Stephen Dunlevy.

Música: Junkie XL (Tom Holkenborg)

Tráiler de Youtube (Hacer click)

R.Betta