23 de abril de 2015

Batman en Barcelona: El Caballero del Dragón

¡Muy buenas a todos! ¡Y felicidades! Porque supongo que si os pasáis a leer reseñas por aquí es porque os apasiona leer y hoy, como sin duda sabréis, es el "Día del Libro". Para celebrarlo voy a hacer una reseña de un cómic, que hay que demostrar que pese a todo son una literatura igual de válida que las novelas "tradicionales". El de hoy además me viene como anillo al dedo ya que, aparte de ser el "Día del Libro", en Cataluña también se celebra Sant Jordi, con el tradicional regalo de libros y rosas. Y por ello, hablar hoy de "Batman en Barcelona: El Caballero del Dragón" es casi una obligación. Y es que esta obra de Mark Waid, que el año pasado reedito ECC Ediciones con motivo del 75 aniversario de Batman, no solo cuenta con la presencia del héroe en la Ciudad Condal, sino que encima toda su acción se desarrolla en el día de Sant Jordi y guardando mucha relación con la leyenda del propio santo y su lucha con el dragón. Un cómic corto, con una historia muy bien hilada y un gran planteamiento que, sin embargo, se queda algo a medias precisamente por su extensión y simpleza.


Como he mencionado anteriormente, ECC reedito este nuevo capítulo de la historia de Batman en el pasado 2014 para celebrar los tres cuartos de siglo que cumplía el alter ego de Bruce Wayne. Sin embargo, "El Caballero del Dragón" vio la luz originalmente en el año 2009, con motivo del Salón Internacional del Cómic de Barcelona, publicándose simultáneamente en España, Estados Unidos e Italia. Mark Waid (Kingdom Come, Flash) es el encargado de firmar el guión, apoyado por los españoles Diego Olmos (dibujo) y Marta Martínez (color). El resultado es una obra curiosa, con una buena mezcla del imaginario de Batman y la leyenda de Sant Jordi, pero que en el fondo queda en mera anécdota, sobre todo en los lectores españoles (y barceloneses en concreto).

La historia gira en la visita de Batman a Barcelona con el objetivo de detener a Killer Croc. Gracias a una
información del Espantapájaros, Batman se entera de que Croc ha oído la historia de Sant Jordi y la lucha con el dragón, y cree que él es el dragón del que habla la leyenda. Cabe aclarar que la historia de Sant Jordi es la de un caballero que lucha y mata a un dragón que devoraba doncellas. Sant Jordi lo hiere de muerte y de la sangre surgen rosas, de ahí que sea el regalo tradicional en esta festividad catalana. Volviendo al cómic, Batman se convierte en una suerte de caballero andante en busca de su dragón particular, para evitar que este cause el caos en plena ciudad durante el día de la celebración.

Como vemos, es un punto de partida bastante interesante y que consigue combinar de manera muy satisfactoria la manera de ser de Batman y su universo con la leyenda tradicional catalana, argumentando muy bien el cómo y el porqué de la presencia del hombre murciélago fuera de su jurisdicción en Gotham. Posteriormente conoceremos que no es la primera vez que Bruce Wayne visita la Ciudad Condal, donde cuenta con una suerte de batcueva y contactos con una mujer de la zona, Cristina Llanero, aunque su presencia es meramente testimonial. Pese a este gran punto de partida, que al menos resulta curioso, según leemos nos encontramos con un desarrollo algo insulso, en el que la acción y el clímax llegan demasiado deprisa, y en el que el uso de los personajes es limitado y escaso.

Y es que tan solo seremos testigos de una breve lucha entre Batman y Croc en pleno "Día del Libro" y poco más. No hay variedad de enemigos y el plan de Killer Croc no resulta ser tan enrevesado como se deja entrever al comienzo, sino que da paso a la típica trampa para cazar al murciélago. Todo ello, unido a la corta duración de la obra que obliga a que todo ocurra muy deprisa y con diálogos y situaciones que dan mucho por entendido y que no tienen profundidad, hacen que el material no deje de ser una mera anécdota con un buen envoltorio, pero intrascendente en contenido.

Pese a estos "fallos" de simpleza y corta duración, lo que no podemos negar es que Waid y Olmos se preocupan por capturar la esencia de Barcelona y encajar a Batman en la ciudad. Y es que la ciudad y sus elementos son los auténticos protagonistas y lo más salvable de esta historia. Alejándose de tópicos españoles, se nos introduce de la forma menos forzada posible los grandes puntos emblemáticos de la ciudad catalana, como la Sagrada Familia o la Casa Batlló. En todo momento el lector se da cuenta de lo bien que le sienta a Batman la ambientación de la Barcelona gótica y nocturna, mimetizándose a la perfección en el entramado de formas y sombras de los lugares ya mencionados sin resultar extraño. En ningún momento se echa de menos Gotham porque la ciudad tiene la suficiente personalidad como para resistir el peso de la leyenda del murciélago.

En el dibujo y el color, Olmos y Martínez cumplen, y sin ser de lo mejor de la industria resulta un trazo claro y conciso, sin alardes y suficiente para una obra de su ambición. Olmos, como ya he dicho, hace un trabajo soberbio a la hora de presentar una Barcelona oscura y gótica, que sirva de perfecta acogida a Batman y además deja satisfecho con algunos diseños, como el de la batmoto. Quizás el mayor problema esté en el color, que si bien tiene algunos momentos reseñables como los tonos elegidos en los momentos de la batmoto o en la nocturnidad, falla a la hora de presentarnos los momentos de Bruce Wayne o los pasajes de día, con una paleta que se acerca más a un cuento o una historia del tipo "Fábulas" que a una obra de Batman clásica.

En resumen, "Batman en Barcelona: El Caballero del Dragón" es un cómic interesante y anecdótico, que
tiene un buen punto de partida y buenas ideas de desarrollo, pero que se quedan en eso. Su corta duración, su simpleza y su falta de ambición hacen que se estanque y quede como una mera curiosidad dentro del enorme catálogo de historias del hombre murciélago. Lo más destacable es la representación de Barcelona y lo bien que encaja con la figura de Batman, demostrando que el héroe también puede moverse fuera de Gotham y no perder su identidad. Si sois grandes fans de Batman o catalanes, no os diré que sea una compra obligada, pero si que es una obra muy curiosa y que no está de más para llenar la estantería. Para el resto, pese a que os la recomiendo por su valor como rareza, no es un "must have", aunque no perdéis nada por darle una oportunidad.

Lo mejor: La representación de Barcelona, gótica y nocturna.
Lo peor: Su escasa duración, falta de ambición y simpleza. Se queda en mera anécdota pese al buen planteamiento.

Puntuación:
Historia: 6
Personajes: 5
Estilo Narrativo: 5
Dibujo: 7
NOTA MEDIA: 5,75

R.Betta

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